Somos Ángel, Beatriz e Iker y juntos formamos la Ikerfamilia, una familia como cualquier otra salvo la particularidad de que Iker tiene parálisis cerebral. No es fácil describir la experiencia de criar un hijo con necesidades especiales. Desde afuera puede verse como una tarea estresante y llena de retos, pero para nosotros es una maravillosa oportunidad de evolución y crecimiento gracias al amor, si; ese es el sentimiento que reina en nuestro corazón y que hace que seamos inmensamente felices.
Nosotros no vemos una discapacidad cuando miramos a Iker, en vez de ello vemos a la persona más maravillosa de nuestra vida, nuestro hijo. Antes de nacer Iker habíamos hecho muchos planes, como en el maravilloso cortometraje de Emilio Aragón; nosotros también nos habíamos preparado para ir a la playa, todos planes perfectos, nunca pensamos que tendríamos un hijo con parálisis cerebral pero sucedió, nuestro viaje nos llevó a la montaña fue duro, muy duro al principio, solo buscas tratamientos, información.... pero poco a poco y sin ser conscientes realmente de cómo un día todo cambia, solo ves felicidad, ves ese potencial en tu hijo que hace que seas capaz de ver que todo es posible. Siempre pienso que ese cambio en mí fue un día que Iker me dijo: mamá no pasa nada yo soy feliz pero realmente no sé. Nosotros hemos sido muy afortunados porque siempre familia, amigos e incluso gente sin conocernos nos han ayudado, no solo económicamente sino con pequeños gestos, palabras..... detalles que han hecho de Iker un niño feliz y siempre he pensado que es por eso por lo que Iker tiene un único sueño, que aunque parezca extraño no es andar o curarse sino que solo sueña con hacer feliz a mucha gente y yo creo en él; creo que su sueño se hará realidad y por eso siempre intento ayudarlo. No voy a decir que todo es maravilloso hay momentos muy duros, en nuestro caso siempre es por no saber si podremos proporcionarle todas las terapias que necesita, no para andar, eso hace mucho tiempo dejo de importarnos sino para evitar deformidades que le provoquen dolor o consecuencias peores. Terapias que le permitan desarrollase como persona, que le permitan trabajar, que le hagan la vida más fácil.
Por eso, para que otros padres en nuestra misma situación o que aún están por llegar a ella solo tengan que preocuparse de disfrutar y ayudar a sus hijos luchamos desde hace tiempo por conseguir que la atención temprana sea incluida en el Sistema Nacional de Salud, luchamos por crear una ley que defienda los derechos de nuestros hijos y luchamos porque Iker use su sonrisa para cambiar el mundo y que nunca permita que el mundo cambie su sonrisa.